lunes, 12 de agosto de 2013

“El cuerpo agradece cada pequeña acción que desarrollamos a su favor”

Cristian Romanelli es instructor de sobrecarga del gimnasio Ilugym. En dialogo con Bonus Track, el entrevistado explicó cuáles son los beneficios que obtienen las personas que se preocupan por lograr un desarrollo muscular armónico.

·         ¿Por qué un joven adulto tiene que desarrollar musculatura?
·         En realidad, es útil para todos. Que en tu vida cotidiana, con miras a futuro, puedas ascender  y descender escaleras por tus propios medios, retorcer ropa sin que te cueste mucho, bajar una persiana… toda actividad, por insignificante que parezca, sirve de ayuda. La actividad física  va más allá del crecimiento corporal, se trata de no hipotecar salud.
·         Aludís a desarrollar pequeñas acciones para mejorar la calidad de vida y lograr una armónica formación muscular.
·         Siempre les digo a los que vienen al gimnasio       que hay que ser constantes y pacientes-principalmente- , porque uno busca resultados rápidos, y no están a la vista, no es tan fácil. Te cuento: cuando nos ejercitamos rompemos  moléculas. Se conoce   como proceso de catabolismo.Es similar al hecho de ver un albañil derribar una pared.Posteriormente al desplome viene la etapa de edificación, de construcción de moléculas. Se lo llama anabolismo. ¿Qué es básicamente? Es una buena, variada  y  sana alimentación: frutas, verduras, legumbres, carnes magras, pescados y productos lácteos; y un adecuado descanso.
·         El joven, cuando va al gimnasio, ¿va por una cuestión estética o tiene en cuenta el tema de la salud?
·          No voy a decir todos, pero aproximadamente un 90 por ciento van mentalizados en lo estético. El rol que nos toca a nosotros, los "profe" de turno, es tratar de darles una buena calidad de vida, aunque ellos no la vean  hasta que tengan un resultado (un análisis o algo por el estilo); pero las dos cosas van de la mano: lo que ellos quieren es lo que yo busco, y viceversa; así que de manera silenciosa y desapercibida, yo les puedo dar una mano sin que se den cuenta.
·         Y poco a poco, una vez que van trabajando, se van dando cuenta de que hay cosas más importantes, ¿no?
·         Bueno, eso va mucho en el “profe” de turno. En mi caso particular, a mi me gusta machacarlos, contarles y explicarles los beneficios… en fin, no sé, tal ejercicio es bueno para la postura, o  para el equilibrio, con esto vamos a poder quemar grasas, etc. El día de mañana se harán análisis, irán a su cardiólogo y  se darán cuenta de que la actividad física va más allá de que la chica tenga la cola parada, que un hombre tenga cierta espalda. Los resultados, al no ser tan palpables como el desarrollo corporal-que uno se mira en el espejo-  se advierten posteriormente cuando se hacen estudios.
·         Se puede decir que uno va buscando una cosa y termina encontrando otra…
·         Tal cual. La idea es concientizarlos de otra manera. L actividad física va más allá de lo estético,  implica una buena calidad de vida. Yo trato de insistir, lo repito hasta dos o tres veces si es necesario para quedarme tranquilo.
·         ¿Son usuales los casos en los que las personas van a mejorar una determinada parte del cuerpo, vos te das cuenta que tiene que mejorar otras cosas, y la actividad se encamina hacia ese lugar?
·         Sí. Puede pasar que venga una chica que, obviamente, desee ejercitar piernas y cola. Al mirarla  notás que tiene una escoliosis muy pronunciada, y al hablar con ella te cuenta que tiene un trabajo de oficina o estudia en la Universidad (peor todavía para su patología). Así que más allá del trabajo de las piernas, hay que corregir espalda, trabajar pechos, zona lumbar, abdominales, hombros… volvemos a lo mismo: un trabajo armonioso. Todo, todo, todo completo.
·         ¿Es fácil hacerlos tomar conciencia?
·         Hay veces que no, porque ya van idealizados. Mucho va en el resultado o en lo que miran: la televisión vende una imagen, la revista vende una imagen… resulta que tienen confianza con el verdulero de la esquina que les aconsejó... Es lo mismo que  te ofrezca que compres este zapallo, yo no estoy especializado en ese rubro, y la verdad es que molesta cuando se meten en algo que no se han capacitado. Por momentos parezco Don Quijote luchando contra los molinos de viento, pero se puede. Quizás, de cinco personas lo puedo lograr con una o dos, pero bueno, yo ya me siento contento con eso.
·         Y te agradecen…
·         Sí, esa es la parte gratificante. Porque después, por  ejemplo, la persona tiene triglicéridos, colesterol  o diabetes, y la mejor manera de darse cuenta es a través de un análisis sanguíneo. Supongamos que pasaron seis meses, se hizo estudios y los comparó con otros, y notaron la mejoría. Te dan las gracias, y uno -la verdad- advierte cierta alegría.
·         Y en esta búsqueda de lograr un desarrollo corporal armónico, ¿con qué problemas se puede encontrar un joven?
·         (Largo suspiro). Tenemos  que pensar que es algo novedoso: como todo lo nuevo para un ser humano, uno siempre tiene ciertos recaudos. La idea nuestra es ayudarlo: darle una buena indicación y explicarle por qué es bueno este ejercicio, enseñándole correctamente la técnica (porque sino se pueden producir lesiones, terminaría siendo peor todavía). Hablándole y dándole ejemplos se puede  educar a la otra persona para que tome conciencia.
·         Y que pueda crecer con estándares de calidad de vida, por lo menos.
·         Sí, obviamente, ya lo había dicho en un principio: la idea es que suba escaleras, no use ascensores,  que vaya al supermercado (por más que lo tenga a tres o cuatro cuadras), que no utilice el auto, que lleve bolsas, que si puede lavar algo a mano que lo haga también:  todo implica actividad física. No es solamente hacer celibato en un gimnasio. Salir a a correr o hacer natación… eso el cuerpo después te lo agradece. Es algo positivo.
·         En resumen, a través de pequeñas acciones se pueden lograr grandes cosas.
·         Es verdad. Inclusive esas pequeñas cosas ayudan, desde lo psicológico, a que uno se concientice y supere a si mismo: porque a la hora de entrenar, en el caso puntual de un gimnasio, no deja de implicar que en realidad el que se ejercita es uno mismo. Por más que  tenga un instructor o un “profe” de turno que te va a dar las indicaciones,  la persona tiene que hacerlo. Al principio va a sufrir ciertos dolores, va a sentirse medio rezongón (si se me permite el término), pero finalmente, va a dar resultados positivos, eso seguro.

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